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El “Mariscal” no da pie con bola

Nadie duda de las habilidades políticas de Nicanor Duarte Frutos, ni tampoco de su formación intelectual. Sin embargo, estas cualidades se desdibujan por completo debido a su constante apelación a la mentira para atacar a sus adversarios, principalmente a Horacio Cartes, de quien fue subalterno como embajador  en Argentina durante los primeros dos años y medio de gobierno y al que, inmediatamente después de abandonar el cargo, pasó a calificarlo como el “enemigo de la patria”. Resulta imposible saber qué pasó en aquel entonces por la mente del expresidente, ya que jamás explicó los motivos de su drástico cambio. Lo cierto es que ahora se pasa falsificando los datos de la realidad, tanto de su gestión al frente del Ejecutivo, como de la actual administración, para realzar sus actuaciones y desestimar todo lo reralizado en el presente período.

En un pasaje de un debate con Javier Zacarías y otros candidatos colorados al Senado, en el programa “Lunes de Mina”, el líder esteño enfatizó los logros obtenidos por el gobierno en varias empresas del Estado, entre ellas Petropar, destacando la reducción de las tarifas de los combustibles, lo cual permitió la disminución de los precios del transporte público, así como los del gas licuado para consumo familiar. Algo por todos reconocido y aplaudido, menos por Nicanor. Según él, era lo mínimo que podía suceder, atendiendo a la caída de la cotización internacional del petróleo, por debajo de los 50 dólares el barril, a diferencia de lo que sucedió durante su gobierno, cuando el precio del crudo estaba por encima de los 100.

Claro, si lo dice un expresidente, cualquiera podría tomar los datos como ciertos y concluir que no habría nada que celebrar en esta materia. Pero no es así. Durante su mandato, la cotización internacional del barril no superaba los 100 dólares, ni los 90, ni los 80, ni los 70. A decir verdad, a comienzos del 2004 el precio era de… ¡US$ 33,20!, cerrando el ejercicio a US$ 42,16. En el 2005 osciló entre 44,80 y 58; en el 2006 se estabilizó en los mismos niveles del año anterior y recién en el segundo semestre del 2007 se produjo un alza importante, a 92 dólares el barril, pero descendió drásticamente otra vez en el 2008, por debajo de los 40.

¿Por qué miente Nicanor? Una primera explicación la encontraremos en el odio manifiesto hacia HC, a quien no acepta reconocerle mérito alguno, como en el caso de la petrolera estatal, por más evidente que sea.  Pero hay más que eso. También miente porque, si dijera la verdad sobre el precio internacional del petróleo durante su gobierno, tendría que explicar las razones que le llevaron a dejar las manos libres al “cartel de los combustibles” para fijar los tarifas a su antojo, siempre hacia arriba, nunca hacia abajo, aún cuando se registraron bajas sensibles del crudo a nivel mundial.

Despejado el tema de las supuestas “desventajas” a las que se enfrentó durante su gobierno, que en este caso se demostraron rotundamente falsas,  Duarte Frutos debe responder a algo mucho más importante, siempre ligado al tema petrolero, sobre lo que hasta ahora no dijo una sola palabra: ¿por qué, a tan solo 7 días de entregar la banda presidencial, nos dejó un enorme “clavo” con PDVSA, en connivencia  con su sucesor, Fernando Lugo, con quien endeudó al país por 269 millones de dólares?

Ese es el “mono” que nos legaron, por facturas libradas entre el 8 de agosto del 2008 y el 9 de febrero del 2009, es decir, en apenas 6 meses. Y como resultado de su “gran gestión”, y la del exobispo, hoy tenemos una demanda multimilonaria contra el Estado paraguayo, que se halla en arbitraje en tribunales internacionales.

Nicanor puede seguir mintiendo todo lo que quiera sobre sus supuestas “glorias” y también respecto a la “desastrosa” labor del actual gobierno, pero ya es tiempo que, por fin, aprenda algo de su propia trayectoria: Esa vieja práctica política es la que aborrece tanta gente y la que, en el 2008, terminó consagrándolo como indiscutido “Mariscal de la derrota”.

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