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No les basta con reconocer que “la estrategia es crear quilombo, en el Senado y afuera”, con tal de que ésta instancia no trate, y menos se expida, sobre el proyecto de reelección vía enmienda.Tampoco con manipular a un grupo de militares retirados para que desobedezcan a su comandante en jefe, lo que de por sí ya es grave, sino que, a través de ellos, promueven abiertamente el alzamiento de las Fuerzas Armadas contra el gobierno, por medio de un pronunciamiento dirigido a los oficiales y suboficiales que se hallan activos, al tiempo de organizar “contra-marchas” para provocar actos de violencia. En esta campaña demencial están embarcados los miembros del bloque que controlaba la Cámara de Senadores, (liberales oficialistas, sus incondicionales del PDP y “marioabdistas”), alentados e instigados por los medios de Vierci y Zuccolillo.
El trabajo sucio dejan que corra por cuenta del presidente del PLRA, Efraín Alegre; un perfecto desequilibrado que ya demostró ser capaz de cualquier cosa, desde convertir a su partido en ruinas, hasta incendiar el país si por él fuera, en su afán enfermizo por tumbar a HC. Y sus lugartenientes Robert Acevedo, Desirée Masi y Luis Alberto Wagner, de las mismas condiciones emocionales que él, hacen lo propio en el Senado, montando cuanto espectáculo circense esté a su alcance.
Hace pocos días, el pasado lunes, “el bloque” y los medios de prensa en cuestión denunciaron a los cuatro vientos el “inminente golpe parlamentario”, como denominan al hecho de que una mayoría de legisladores apruebe poner en marcha un procedimiento constitucional, la enmienda, para que 4 millones de electores sean los que dedican si aprueban o rechazan la reelección. Algunos de ellos pasaron la noche en la presidencia del Senado, que la ocuparon como si fuera de su propiedad, otros intentaron llegar al Palacio de López para generar enfrentamientos con la Policía, mientras los medios amigos “informaban” sobre el supuesto acuartelamiento de las FF.AA. Todo esto en el marco de insistentes llamados a la “movilización popular para defender la democracia”, pero finalmente, con la horfandad popular puesta al desnudo, no lograron absolutamente nada.
Ahora vuelven a la carga, por seguna vez en una semana, con el mismo disparate de que “saldrán las Fuerzas Armadas” y exigiendo juicio político al ministro de Defensa, quien desmintió haber anunciado semejante medida, tal como le atribuyen. Pero lo hacen con dos agregados con el fin de embarrar más la cancha: la manipulación de algunos oficiales retirados, quienes “olvidaron” que aún en su condición de tales se siguen rigiendo por las normas militares, y la convocatoria a una “contra marcha” para el próximo martes, día para el cual diversos sectores políticos y sociales tienen previsto concentrarse frente al Congreso para peticionar el tratamiento y aprobación de la enmienda.
El objetivo es evidente. “Crear quilombo”. En este caso, incitando a la intervención de algún sector de las FF.AA, lo que no se avisora en el horizonte ni por asomo, y provocar hechos de violencia -una suerte de parodia de lo que fuera el marzo paraguayo- para desestabilizar al gobierno, total, si hubiera saldos que lamentar, no serían Alegre ni los demás sicóticos que lo rodean quienes pondrán el pecho.
La ciudadanía no es merecedora de tanto salvajismo por parte de los que no asumen que son minoría en todos los planos y que, precisamente por eso, atropellan todos los procedimientos democráticos, desde las reglas de funcionamiento en el Congreso y el llamado a elecciones para que la ciudadanía decida, hasta las normas más elementales de convivencia civilizada.
Si quieren repetir el fiasco del pasado martes, que lo hagan. Si quieren llorar, chillar y patalear, también. Camilo puede hacer su “murga” y Petta dormir en el Congreso. Pero que no intenten violentar las normas jurídicas y menos que menos derramar una sola gota de sangre, como algunos propician, en cuyo caso, los miserables que están al frente del movimiento, aunque se crean inmunes, deberán responder ante la justicia, se llamen Efraín, “Marito”, “Acero” o “Don” Antonio.