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Se equivoca quien piensa que solamente los perdedores en una contienda deben adaptarse a la nueva situación. Tanto o más complicada es la misma para los ganadores, puesto que hay formas y formas de aceptar un triunfo y actuar en consecuencia.
El Movimiento Colorado Añetete, que ganó la candidatura a la Presidencia de la República, pero perdió en casi todas las demás listas, eligió la peor forma, de acuerdo a informaciones que salieron a la luz.
Esto quedó palpable luego de la reunión de la cúpula y candidatos electos de Honor Colorado con el presidente Horacio Cartes, en donde varios asistentes comentaron las presiones que están recibiendo ministros y presidentes de entes del Estado de, supuestos, enviados de la disidencia que exigen cargos para sus adherentes.
En un sistema presidencialista como el nuestro, es obviamente la chapa presidencial la que más importa en unas internas partidarias, pero eso no hace que los resultados de las demás listas, como Senado, Diputados y gobernaciones sean premio consuelo para nadie.
Al contrario, si notamos la alevosa injerencia que ha tenido el Senado en la frustración de varios importantes planes del gobierno de Cartes, podemos asegurar que la integración de las cámaras del Congreso es fundamental para que el Ejecutivo pueda poner en marcha programas de diversa naturaleza. Y en el Senado, será Honor Colorado el que tendrá mayoría, por lo tanto bien podría empezar a cuidarse el candidato a la Presidencia, Mario Abdo Benítez, estableciendo puentes de unidad con los demás sectores de su partido.
Pero ya nos estamos adelantando. Mejor pensemos primero en las elecciones de abril, el principal escollo que debe superar el disidente para consagrarse como presidente de la República. Y para eso sí que necesita el apoyo de los demás movimientos, especialmente de los que han demostrado un gran caudal electoral y que tienen la mayor cantidad de las candidaturas para las cámaras del Congreso y las gobernaciones.
Es una falta absoluta de respeto ningunear a quienes serán fundamentales para la victoria o la derrota de la candidatura de la que tanto están presumiendo los Añetete. Honor Colorado tiene 500 mil votos y eso vuelve a sus representantes absolutamente determinantes para las aspiraciones presidencialistas de Abdo Benítez y la decisión de trabajar porque la ANR mantenga el poder.
El exprecandidato a vicepresidente de la República, Luis Gneiting, ya lo dijo días atrás, la decisión de Honor Colorado es trabajar por todas las candidaturas del partido, a diferencia de lo que hubiera pasado si los resultados eran diferentes, tal como amenazó durante todo el proceso preelectoral el mismo Marito.
Eso sí, el oficialismo pide respeto, y se lo merece. No olvidemos que de los 17 departamentos de todo el país, en 11, los candidatos de la ANR serán de Honor Colorado. Eso solo basta para que los “vencedores” de las internas del domingo tomen en serio a sus correligionarios. Algo de humildad vendría muy bien a Abdo Benítez y su primer anillo, si es que de verdad quieren llegar a la Presidencia de la República.