Inicio / La visión de ADN / Perdón… ¿De qué habla Efraín?

Perdón… ¿De qué habla Efraín?

Hace tiempo que el ahora presidenciable liberal, Efraín Alegre, nos tiene acostumbrados a sus delirios. Cada tanto aparece con alguna desopilante conferencia de prensa para atacar al presidente Horacio Cartes. De hecho, estos ataques consistieron en su principal estrategia durante toda su campaña electoral, como si sus rivales fueran los cartistas y no Carlos Mateo Balmelli, su correligionario que pretendía también conseguir la candidatura presidencialista del PLRA.

Pero el inestable presidente liberal parece estar dispuesto a superarse a sí mismo en lo que a disparates se refiere. Ahora, cuando se confirmó su contundente victoria en las internas liberales –que no sorprende a nadie porque todo estuvo montado para que triunfara- lo primero que dijo fue estar seguro de la victoria de la alianza GANAR en las elecciones generales de abril, porque él siempre “le ganó al cartismo”.

Parece una perogrullada pero no nos queda más remedio que recordar a Alegre que la única vez que se enfrentó electoralmente al cartismo fue en el 2013, cuando su derrota fue estrepitosa y vergonzante, a tal punto que no le quedó más remedio que desaparecer del escenario político hasta que las aguas se calmaran y el pueblo –de corta memoria- pudiera olvidar su ridículo papel.

Así que cuando habla de que siempre le ganó al cartismo, es obvio que, por lo menos electoralmente, esto jamás sucedió, lo que nos hace concluir que Alegre empieza su campaña de cara a las elecciones, como candidato de la oposición a la Presidencia de la República, mintiendo al electorado, apelando, quizás, a esa memoria corta que mencionamos más arriba.

Pero tampoco puede hablar de otro tipo de victorias sobre el oficialismo colorado, ya que, cuando dice que él consiguió armar nuevas mayorías en el Parlamento, también está mintiendo, ya que esas mayorías solamente fueron posibles por la presencia en ellas de la disidencia colorada. En realidad, el efrainismo fue un convidado de piedra en esas mayorías, impuestas por los republicanos, quienes eligieron a dedo a quienes serían sus aliados coyunturales.

Alegre siempre jugó de perdedor, y lo hizo de muy buena manera. Jamás pudo imponer un solo criterio ya que el grupete del cual formaba parte era manejado por intereses que tenían que ver exclusivamente con los colorados que estaban en la vereda de enfrente del gobierno.

Es más, durante la campaña previa a las internas partidarias, él jugó un claro partido a favor de la disidencia y la precandidatura de Mario Abdo Benítez. Posiblemente, lo que pensaba en ese momento es que luego de que ganara el disidente, el oficialismo no aceptaría los resultados y votaría en contra de su candidato, algo que Alegre necesita desesperadamente para intentar por lo menos repetir la guapeada de Fernando Lugo en el 2008.

Resulta que las cosas no salieron como pensaba, y ahora que el abrazo republicano entre oficialistas y disidentes se ha iniciado y va camino a consolidarse, otra vez Alegre ve alejarse la posibilidad de obtener la Presidencia. Y él, que es loco pero no come vidrio, sabe que 2 derrotas electorales consecutivas significarán su muerte política.

Pero si empieza su campaña mintiendo a quienes pide el voto, muy poco favor le hace a la alianza opositora que pretende recuperar el poder en el 2018. Alegre jamás pudo ganarle al cartismo. Y todo parece indicar que volverá a repetir la historia.

Commentarios

comentarios

Mira también

Nunca es tarde

Fue en una conversación casual entre amigos, en estos días calurosos de finde. Por supuesto …