Inicio / La visión de ADN / Petropar les saca ronchas

Petropar les saca ronchas

Se ponen muy nerviosos y tienen fundadas razones para hacerlo. Es que perdieron el control monopólico de un negocio de altísima rentabilidad, como es el de los combustibles, cuyos precios fijaron durante décadas a su gusto y paladar, pisoteando despiadadamente el derecho de los consumidores. Pero esto cambió con el actual gobierno. Petropar se lanzó a competir en el mercado minorista, ofreciendo primero sus naftas a menor costo y mayor calidad, para luego hacer lo propio con el gas licuado de petróleo, de consumo familiar. Esta es la verdadera razón por la cual el “Cartel de los Combustibles” pega al grito al cielo y a esto obedecen las denuncias falsas que publica ABC Color reiteradamente. Ahora que tienen que competir con la petrolera estatal, ya no pueden meter groseramente la mano en el bolsillo del ciudadano, como antes.

Lo afirmado no precisa de mayores demostraciones. Como se sabe, en el caso de las naftas y el gasoil, sus precios están directamente subordinados a la cotización internacional del petróleo y del dólar americano, que en distintas épocas experimentaron bajas importantes, pero aquí, en nuestro país, nadie tomaba nota, hasta la actual administración, que ya redujo sus valores en cuatro ocasiones, lo que también hizo posible la disminución de las tarifas del transporte público. Pero además de esa observación histórica, el lector puede corroborar lo afirmado concurriendo a cualquier punto de comercialización de la petrolera estatal y comparar lo que cuesta en ellos un litro de combustible o la garrafa de 10 kilos, con lo que tiene que pagar en ambos conceptos en cualquier otra estación de servicio, alguna de las cuales se están viendo obligadas a mejorar sus ofertas para no perder clientes.

Por el momento, Petropar cuenta con 70 bocas de expendios en todo el país, pero ya están siendo cosntruidas otras 45 y para fin de año el objetivo es llegar a un total de 130. A esto se suma la campaña que lleva adelante para la distrubución de gas en los barrios  populares, denominada “Ñande Gas”, comecializando el kilo a 5.000 guaraníes, frente a los 8.500 que cobran los emblemas que componen el “Cartel” y que en algunas localidades, como Ciudad del Este, llega a 10.000.

Esta descomunal estafa a los consumidores había que parar de alguna manera y la forma más efectiva de hacerlo era mediante la competencia. Pero he ahí que los “adoradores del libre mercado”, como Aldo Zuccolillo y sus socios de CAPAGAS, APESA y compañía, había sido que reivindican esa libertad solo para ellos. Una “libertad” muy peculiar, que consiste en tener las manos sueltas para hacer lo que les viene en ganas, como en el pasado, con el objeto de seguir lucrando desmedidamente a costa del ciudadano.

Por  eso hay que tomar con pinzas, para luego desechar, publicaciones como las de ABC, según las cuales “Petropar está construyendo estaciones de servicio en predio de las seccionales”, cuando la verdad es que son inversiones privadas en casos puntuales, o declaraciones de directivos de emblemas que divulga el mismo medio denunciando, en un acto de soberana caradurez, que hechos de esa naturaleza son una forma de “competencia desleal”.

Llegando al colmo del disparate, los defensores del monopolio privado “vaticinan” un negro futuro para la petrolera y los inversores que comercializan sus productos. En este tipo de alianzas, afirman, “o se pierde plata y se funde la empresa; o termina en robo y también se funde”. En otras palabras, o la petrolera se retira del negocio y ellos recuperan sus perdidos privilegios, o el holocausto sería irremediable.

Los numeros, sin embargo, demuestran todo lo contrario. Petropar tuvo un patrimonio neto negativo durante 15 años, que llegó a 145 millones de dólares al asumir este gobierno, pero con los cambios operados en la entidad, que permitieron por ejemplo el ahorro de más de 70 millones de dólares en concepto de flete, en lo que va del año ya tiene acumuladas ganancias en el orden de U$S 17 millones.

De lo expuesto se deduce que los paraguayos contamos hoy con una petrolera en franco proceso de expansión, cuya participación en el mercado, lejos de representar un problema, constituye un tremendo alivio para todos los consumidores. La conclusión por tanto es obvia: Que Zuccolillo y los emblemas chillen y pataleen, pero que ni sueñen con volver a ejercer un monopolio de nefastas consecuencias para nuestro pueblo.

Commentarios

comentarios

Mira también

Nunca es tarde

Fue en una conversación casual entre amigos, en estos días calurosos de finde. Por supuesto …