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Un escenario modesto. La inauguración de un tramo de ruta de 12 kilómetros entre Itá y Nueva Italia, fue la oportunidad elegida para unas declaraciones si se quiere “inusuales” del actual jefe de Estado.
Reveló que el principal desafío en estos primeros meses de su gobierno fue mantener el nivel de obras públicas, de que el Estado siga funcionando, que no haya un paráte en las inversiones, lo que sería sumamente perjudicial para el arranque del ciclo y para la economía del país en su conjunto.
Admitió de este modo práctico que la vara había quedado muy alta durante el gobierno de Horacio Cartes y que tuvieron que trabajar a marchas forzadas para evitar que se produzca un bajón, un antes y un después.
El jefe de Estado se ufanó de haberlo logrado y mencionó que la ruta que estaban inaugurando había sido licitada en el gobierno anterior y adjudicada y construida por el actual.
Cualquiera pensaría que este tipo de transición debería ser absolutamente normal, pero en múltiples ocasiones se intentó menoscabar e incluso desbaratar lo hecho por el gobierno de HC y la verdad que dichas decisiones fueron de lo más desacertadas, por poner solo un ejemplo, el tema de retirar nuevamente la embajada de nuestro país de Jerusalén. Ello provocó la ira de las autoridades israelíes que no ser anduvieron con chiquitas y cancelaron toda cooperación con nuestro país. Una metida de pata mayúscula.
Ahora, la restituyeron en parte, honrando al Paraguay y a la amistad demostrada al pueblo judío por el anterior presidente, concediendo a nuestro humilde país, inexistente en el mundo súper desarrollado, nada menos que una sociedad con uno de los centros de máximo prestigio en materia de innovaciones y tecnología regenteado por la ilustre Universidad Hebrea de Jerusalén. Para formalizar el convenio se tuvo que integrar la firma HC Innovations porque los israelíes saben que el expresidente pondrá siempre al país primero.
Así en muchos ámbitos. En los foros internacionales, ante los organismos multilaterales de crédito, el gobierno de Mario Abdo recibió congratulaciones por los deberes bien hechos por el gobierno anterior y permaneció callado sin mencionar siquiera a los verdaderos “padres de la criatura” como se dice vulgarmente. Pero está bien, son logros para el país, diría el anterior presidente.
La actitud exhibida ayer por el primer mandatario en el sencillo acto del departamento Central, es la correcta, ya lo dijimos. Potenciar lo bueno, corregir lo que se requiera y seguir adelante. Mario Abdo se hubiese evitado muchos sinsabores si obraba así desde el principio.