Inicio / La visión de ADN / Problema del que viene

Problema del que viene

Uno no termina nunca de acostumbrarse al modo en que se hacen y sobre todo, se entienden, las cosas en este bendito país. Ayer, todo el mundo estaba contento con el proceder del Parlamento, ya que tanto Diputados como el Senado levantaron el veto parcial del Ejecutivo que trataba  de impedir los llamativos aumentos salariales que fueron concedidos por los legisladores, con seguridad por razones electoralistas.

Aumentos desfinanciados por supuesto. Nadie sabe de dónde se sacará el dinero para honrar esos compromisos. A nadie le importa también. Los señores parlamentarios, buscando guardar las apariencias, sugirieron que se aumenten tributos a los sojeros, a los tabacaleros (último pase de factura a Cartes), que se amplíe la base impositiva, etc, etc, cosas que se dicen pero que jamás se pueden hacer cuando llega la hora de la verdad.

Todo el mundo celebrando, con  total irresponsabilidad. No le importó a nadie que todos los gremios de empresarios que son un sector de primera importancia en el aporte de riqueza al país, hayan  advertido que era una barbaridad lo que se estaba haciendo con el PGN,  por razones políticas.

Igualmente, alzaron su voz los economistas más connotados llamando la atención de manera unánime también, sobre las serias consecuencias de aprobar un  presupuesto inflado artificialmente, que podría comprometer todo el sistema económico, tan trabajosamente logrado por el gobierno de HC.

En fin, no es lo más grave. Pero, lo reiteramos,  en realidad a nadie le importa ni la gravedad ni la levedad, todo el mundo está feliz como decía la popular canción de la rubia Xuxa.

LRF. Una sigla rara. Recientemente incorporada al léxico de la economía nacional. Significa Ley de Responsabilidad Fiscal. Un tope de gastos sin financiamiento que no debe ser transpuesto por los gobiernos del mundo.

Pues tómese el trabajo el lector de averiguar un poco lo que ha ocurrido ayer. Exacto. Se vulneraron los topes de la LRF. Pasamos a ser un país de cuarta. Entre los de cuidado, con  quienes hay que tener muchos remilgos para hacer negocios. Países populistas, sin calificación.

Lo malo del tema es que no solamente se vulneró eso con los aumentazos concedidos por el Parlamento, sino que se hicieron las advertencias en tiempo y forma. Miren que esto va a pasar…ni pelota. Ni lo registraron.

Posiblemente cuando los organismos financieros internacionales empiecen a mirar la nueva calificación de Paraguay y a restringirle inversiones por culpa de ello, se van a dar cuenta de la gravedad de lo que hicieron. Pero ya será tarde. Habrá llegado la hora del llanto y  el rechinar de dientes…como dice la Biblia.

Algunos todavía más desubicados  destacan el hecho de que, según ellos, se  trata de una rotunda derrota del presidente Cartes, incapaces de ver más allá de sus narizotas, que HC, ya se está yendo.

El asunto le explotará en las manos al que llegará en un par de meses más.

El gobierno más constructivo de la historia, con números comprobables, será entonces un recuerdo, una leyenda. Sus conquistas económicas sin parangón se disiparán y se lo añorará.

Empezó demasiado rápido a destruirse ese formidable tejido económico que hoy cobija a la Nación y que siempre intentaron destruir los adoradores del propio bolsillo como “Acero” y “Don” Antonio, quienes ahora, multimillonarios ellos, estarán felices.

¡Volverá la época de los buenos “negocios” con el Estado!

Commentarios

comentarios

Mira también

Nunca es tarde

Fue en una conversación casual entre amigos, en estos días calurosos de finde. Por supuesto …