Inicio / La visión de ADN / “Quisiera degollar a un maldito guarimbero”

“Quisiera degollar a un maldito guarimbero”

De no ser por contener palabras propias del léxico caribeño y estar en español, pareciera una frase empleada en algunos de los salvajes rituales practicados por los grupos fundamentalistas más sanguinarios del planeta, como el Estado Islámico, en países del Medio Oriente, o Boko Haram, en otros tantos del África. Pero no. Es el grito de guerra que hoy se escucha en las calles de Caracas de boca de los componentes de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, durante los “ejercicios” que realiza en distintos puntos de la capital venezolana para infundir terror en la población y, especialmente, entre los que desde hace más de un mes enfrentan con sus movilizaciones al régimen de Nicolás Maduro, a quienes está destinado el atemorizante “mensaje”.

La “guarimba” es un lugar donde las personas que son atacadas, pueden refugiarse. Proviene de un juego infantil, similar al de la “Piedra Libre” de nuestro país, que comenzó a ser utilizado por los participantes de las protestas del 2014, quienes, al ser dispersados por la represión, se reagrupaban en un lugar considerado más seguro. Ahora lo emplea nada más y nada menos que la institución que tiene a su cargo la seguridad nacional, y el monopolio de las armas, en una demostración dramática e inequívoca de que el terrorismo de Estado capea en las tierras de Simón Bolívar.

Ya no son solo los “colectivos chavistas”, a los que en editoriales de años anteriores definimos como bandas paramilitares utilizadas por el gobierno para asesinar a algunos manifestantes, con el objeto de que los demás desistan de continuar en las calles. Estos criminales siguen operando, claro está, y cargan sobre sus espaldas con varios de los 37 muertos de las últimas semanas, pero a ellos se sumó ahora el brazo armado del aparato estatal, sin ningún disimulo, con total desparpajo, como si sus miembros estuvieran entonando el himno patrio.

Los datos son escalofriantes. Además de las 37 personas asesinadas, entre las cuales se hallaban 4 adolescentes, 329 más resultaron con heridas de distintas consideraciones y alrededor de 400 fueron detenidas, con el agravante de que no existen los menores indicios de que la violencia fuera a cesar.

Al contrario, los deseos de “degollar a un maldito guarimbero” vino a sumarse a dos hechos que ponen de manifiesto la intención del chavismo de seguir su curso de manera inalterable “por otros 20 años”, al decir de Maduro: Por un lado, el abandono de la OEA, como diciendo que la opinión de la comunidad internacional le tiene sin cuidado. Por el otro, la convocatoria a una Asamblea Constituyente por fuera de los marcos constitucionales, a su medida, la mitad de cuyos miembros serán escogidos entre las organizaciones que controla (sindicatos, movimientos campesinos, de minorías sexuales, etcétera), para darle una fachada jurídica la dictadura que hoy impera en Venezuela.

Paraguay tiene el mérito de haber sentado una postura clara y firme frente a estos hechos trágicos, desde el momento mismo en el que Maduro comenzó a mostrar sus garras, y hoy son cada vez más países los que se van sumando a la imperiosa tarea de ponerle freno a la barbarie.

En las actuales circunstancias, la única postura que cabe es la de expresar y promover la mayor solidaridad posible al pueblo venezolano, en todo lo que éste requiera, para enfrentar y derrotar al régimen de terror que lo sojuzga.

Commentarios

comentarios

Mira también

Nunca es tarde

Fue en una conversación casual entre amigos, en estos días calurosos de finde. Por supuesto …