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ASUNCIÓN. El ministro de Educación, Eduardo Petta, decidió que este martes se reinicien las clases presenciales en todas las instituciones educativas del Estado, sin haber previsto siquiera la refacción de las muchas que están en deplorable estado y sin tener la menor idea de cómo se seguirán las medidas sanitarias en lugares en los que ni siquiera hay jabón para el baño.

Los gremios de educadores no están dispuestos a seguir la línea oficial y decidieron no iniciar las clases presenciales, salvo la OTEP-A que piensa hacerlo solamente en las instituciones que están en condiciones de cumplir con el protocolo de bioseguridad. Los demás, se resisten a acatar la disposición del MEC, por lo cual para el martes 2, fecha del inicio previsto por las autoridades educativas, organizan una gran movilización en protesta por las políticas orquestadas por Petta y que, afirman, ponen en riesgo a los estudiantes y a los docentes, al no contar con un mínimo de protección en contra del Covid-19.

Así que todo parece indicar que el método híbrido será el que se imponga por lo menos al inicio del año lectivo. Esto significa que hay estudiantes que asistirán a clases y otros que seguirán con el método virtual iniciado el año pasado, con algunos éxitos y muchos fracasos, especialmente en lejanas localidades del interior, en donde la conectividad es una utopía, precisamente porque el MEC, en todo un año de cuarentena, no fue capaz de adecuar el sistema educativo a esta modalidad.

Los docentes reclaman, además de la provisión de elementos de bioseguridad, que los docentes hayan sido vacunados contra el Covid-19 antes del inicio de clases presenciales, algo que no ocurrirá por lo menos en los próximos meses, ya que los maestros ni siquiera están incluidos aún en el plan de vacunación dado a conocer por Salud Pública. Como siempre ocurre, nuevamente serán los niños y jóvenes quienes resulten perjudicados con un sistema educativo que cada vez es más precario y deficiente.