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Hora de arreglar las cuentas

El matrimonio Kirchner se aprovechó de las circunstancias. Primero fue Néstor, quien más o menos disimuló el asunto. Por lo menos preguntaba, pedía datos, acerca de cómo andaba el caso. Luego fue Cristina, quien ya obró desembozadamente. Necesitaba sacar dinero de algún lado para sus turbios beneficios sociales con fuerte tufo a electoralismo y no tuvo ningún empacho en echar mano a esos fondos.

Nos referimos al dinero de Yacyretá, la represa paraguayo-argentina, calificada por Carlos Saúl Menem como “monumento a la corrupción”.

¿Dinero en concepto de qué?, se preguntará el lector. Pues nada menos que por el consumo de energía que los entes estatales del vecino país reciben…como decirlo, fiado, por parte de la EBY. Para ilustrarle mejor sería como si Ud, no pagara la cuenta de la ANDE. Un “último aviso”, al segundo mes impago y adiós al servicio. A oscuras.

Pues bien, Argentina no pagó nunca -salvo unas contadas partidas de dinero- y nunca también, hasta hoy, se le cortó el servicio.

En otras palabras, obligadamente estamos subsidiando el desarrollo del vecino país. Por supuesto a costa del nuestro.

Por supuesto como le salió tan bien la jugada, Argentina está “cebada” con el tema.  Consumen toda la energía que pueden y quieren más. Necesitan imperiosamente más. Para ello hay que hacer obras complementarias. Instalar más turbinas básicamente.

Y allí el gobierno paraguayo está “plantado”. Con toda la paciencia del mundo. La posición -correcta- del Paraguay es, no hay problema con las nuevas obras, pero antes vamos a arreglar las cuentas. Y hay varias cuentas, es bueno saberlo. Las que derivaron de la inversión inicial para la construcción de la represa (que estaba a cargo de Argentina) y que constituye uno de los intríngulis a resolver y la derivada del consumo de energía que anotamos más arriba.

En realidad, ya pasó mucho tiempo. Y llegó la hora de arreglar estas viejas cuentas. Con Macri, todo está yendo mejor aunque es una lucha terrible para el mismo despejar todas las sombras del populismo salvaje que asoló a la Argentina en tiempos recientes.

Yacyretá debe convertirse en un modelo de gestión, tal como está ocurriendo en Itaipú. Donde el mayor beneficio sea para la población. Que se concreten multimillonarias inversiones sociales que se vea inmediatamente la mano de las binacionales allí donde haga falta. Tal como lo está imponiendo el gobierno de HC.

Ya demasiado tiempo se beneficiaron claques políticas, punteros y sus amantes. Es hora de arrojar todo eso a la basura y empezar de nuevo, sin lacras.

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