ADN Digital
El senador Mario Abdo Benítez, “Marito”, se rasga las vestiduras casi todos los días por “la tremenda deuda púbica” que nos legará el gobierno de Horacio Cartes. Que el país está siendo hipotecado, que nuestros hijos y los hijos de ellos la seguirán pagando, que nos quedaremos a expensas de los buitres financieros internacionales y otras afirmaciones por el estilo, que no tienen ningún fundamento. Lo que no dice el legislador es que los créditos contraídos por el actual gobierno, de aproximadamente 3.000 millones de dólares, se aplican en inversiones públicas de vital importancia para el desarrollo, mientras que sus aliados, Fernando Lugo y Nicanor Duarte Frutos, nos dejaron como “herencia” un gigantesco clavo, eterno, al incorporar poco más de 80.000 nuevos funcionarios públicos, quienes, solo en los últimos 4 años, ya absorbieron, haciendo un cálculo ultra conservador, más de 1.500 millones de dólares del Presupuesto General de la Nación.
Las informaciones están disponibles en Contrataciones Públicas. En 3 años y 8 meses de gobierno, el exobispo incorporó a la administración central a 48.253 nuevos funcionarios, en tanto que Nicanor Duarte Frutos, durante su presidencia, a 32.033, sumando así un total de 80.286 nuevos empleos estatales en menos de 9 años. Una completa locura, cuyos altísimos costos los pagamos hasta ahora y lo seguiremos pagando a futuro.
Para que el lector se haga una idea, el Estado paraguayo precisa de USD 383 millones/año para cubrir esta sola obligación que “heredamos” de los aliados de “Marito”; una suma que se aproxima mucho a los 430 millones requeridos para que la totalidad de los docentes perciban el sueldo básico profesional. Un reclamo justo, pero que, a falta de recursos, recién podrá alcanzarse de manera escalonada en el plazo de 5 años.
Sin embargo, nada de esto llama la atención del líder de los “Añetete”. Él prefiere atacar al gobierno de HC por el supuesto “feroz endeudamiento”, que no tiene nada de feroz, que es de los más bajos de entre todos los países sudamericanos y se aplica al desarrollo de emprendimiento para beneficio del país y de todos los paraguayos, no para aumentar la clientela política a la cual recurrir en tiempos de elecciones.
“Marito” tiene que explicar a la opinión pública por qué no dice nada del “clavo” de Nicanor y Lugo, que no es más que eso, un “clavo”, por demás oneroso, y se despacha contra Cartes por contratar deuda para construir los viaductos de Asunción y Ciudad del Este, los asfaltados del Departamento Central, las rutas que atraviesan diversas regiones, los puentes y caminos de todo tiempo. O las 20.000 viviendas que construyó la Senavitat para brindar un techo digno a 100.000 compatriotas, incluyendo el extraordinario complejo habitacional del barrio San Francisco, para liberar a 1.000 familias paraguayas de la pesadilla sin fin de las inundaciones, o las obras del “Bañado Sur” y las 5.000 viviendas más que comprende el proyecto, por citar algunos ejemplos.
Y no son solo obras, que constituyen requisitos indispensables para que el país avance y supere su atraso congénito, sino que, además, el endeudamiento que el senador tanto cuestiona permitió que los rubros disponibles del Presupuesto de la Nación puedan destinarse prioritariamente a los programas sociales, aumentando sustancialmente la cantidad de beneficiarios.
Demás está decir que “Marito” no dará explicación alguna. No le conviene. En el fondo, lo que pretende es justamente restaurar el viejo modelo, opuesto al desarrollo; aquel en el cual el Estado era un botín de guerra al servicio del gobernante de turno, en el que se rifaban los cargos públicos para obtener una clientela política, como lo hicieron Nicanor y Lugo, que por algo son sus aliados.
“Marito” es eso, el pasado, que producía mucha vergüenza y al que la mayoría de los paraguayos nunca más queremos retroceder.