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ASUNCIÓN.- Contra toda razón y lógica, los senadores colorados disidentes y opositores decidieron seguir instando a la violencia ciudadana aunque el principal motivo de su crispación –la posibilidad de que Horacio Cartes pudiera postularse a la reelección- ya desapareció.

Pero el “grupete” sigue haciendo chúmbale con ideas tan absurdas y ridículas, como si el país tuviera que vivir bajo sospecha por culpa de estos personajes que no solo generaron la crisis sino que fueron incapaces de buscar una solución para hacerla desaparecer. Una de las más acérrima es la senadora Desirée Masi, quien se pasa el día entero tuiteando sandeces que rayan lo ridículo. Para ella, la crisis política del país, generada desde hace mucho tiempo por ella y sus secuaces en el Senado, es motivo de risa. También está su marido, el imputado exministro del Interior, Rafael Filizzola, que al igual que su excompañero de fórmula y actual presidente del PLRA, Efraín Alegre, se pasan incitando a la gente a manifestarse en contra la “enmienda”, un tema que ya no tiene sentido.

En el fondo, hasta los podemos entender. Llevan casi 4 años dedicados a mostrar a Cartes como un presidente corrupto, delincuente y con ínfulas de dictador; alguien a quien la nación le interesa un ápice y que solo aspira a perpetuarse en el poder.

La decisión del jefe de Estado de dar un paso al costado con la intención de destrabar la crisis los dejó en out side. Pero reconocer la grandeza de este hecho, que pone a Cartes con una fuerte imagen de estadista, es algo que ellos no están dispuestos a permitir. Así que seguirán en sus trece; recusaron a los integrantes de la Sala Constitucional de la Corte, y siguen desafiando a la ciudadanía a que “esté atenta” a lo que pudiera ocurrir, cuando que saben muy bien que no va a ocurrir nada, salvo que ellos mismos lo provoquen.