La queja se ha escuchado en múltiples ocasiones que ya no genera la sacudida que debía producir. La preocupación vuelve ahora con la forma del fantasma (aunque ya tienen forma corpórea), de los free shops que se instalan en la zona fronteriza, pero del lado de Foz de Iguazú, Brasil.
La situación en Ciudad del Este y la zona de frontera ya está bastante jodida, por utilizar un término regional, y se complicará todavía más cuando los “hermanos brasileños” perpetren su sueño de toda la vida, apoderarse del floreciente negocio que siempre tuvo como escenario el “lado paraguayo”. No podían creerlo, ellos “os maiores do mundo”, superados largamente por la astucia y practicidad de la gente de aquí.
Ahora le están poniendo remedio a la situación. Tendrán lo suyo, los free shops que no tienen otra intención que quedarse con las ventas que se registran al otro lado del puente.
Si bien es un pedido de auxilio remanido, aparentemente esta vez la cosa va en serio. La Cámara de Comercio y Servicios de CDE se preocupó de reunir datos que son harto preocupantes.
Estiman que la baja de las ventas en los comercios locales ha generado el aumento del desempleo en un 30%, lo que ocasiona el incremento en las operaciones informales, la evasión impositiva y las actividades ilícitas.
Calculan que alrededor de 600.000 compatriotas se hallan en dependencia económica del comercio fronterizo, los que se ven directamente afectados por el cierre de tiendas y comercios en la zona.
“Vivimos un año 2019 económicamente catastrófico, y nos vemos en la necesidad de continuar con la disminución del personal. Eso preocupa, ya que vemos de que no existen alternativas de reinserción laboral en nuestra región de frontera”, mencionó Ramón Alberto Rojas, empresario de Salto del Guairá.
En otras palabras, el personal que es echado a la calle no tiene dónde trabajar, salvo en actividades ilícitas con todo lo terrible que ello tiene.
Ahora están volviendo a pedir auxilio al Gobierno más que nada para poder seguir trabajando.
Juan Vicente Ramírez, de la mencionada Cámara de Comercio, juzgó como sumamente necesaria la intervención del Gobierno para reactivar la competitividad del mercado de ventas al turista. “Tenemos segmentos de productos con mucho potencial de atracción y ventas que actualmente están adormecidos debido a sus altos aranceles de importación, otros impuestos y tasas”, señaló.
Como ejemplo de estos casos, mencionó el área de prendas de vestir y bebidas, dos rubros casi improductivos debido a la falta de competitividad, que podrían traer una recuperación del mercado en un orden del 30%.
Agregó que otros nichos de actividad también están languideciendo.
“Hay una reducción en los segmentos de productos tradicionales como la electrónica e informática que pueden permitirnos crecer adicionalmente otros 30%. Y especialmente salir de la línea deficitaria en el que se encuentra el golpeado comercio de la frontera”, agregó.
Como se puede apreciar, los reclamos están fundamentados. No se trata de una avivada” de esta gente, como puede creerse.
Se imaginará el lector, el tremendo apoyo que recibe la iniciativa de los “duty free” en Foz, por parte del gobierno estadual y federal.
Hay que hacer lo mismo de este lado. Se debe dar una tremenda lucha para no perder la batalla. Tomar en serio el asunto. El precio de no hacerlo supone un aumento exponencial de la delincuencia en la golpeada zona de frontera.
Lo dicho. No es una alerta más. Hay que pagarle a los brasileños con su misma moneda. Otorgándole todas las franquicias posibles a los nuestros para que toda la cadena de frontera, desde Salto del Guairá hasta Encarnación, logre pasar este tiempo borrascoso e ilumine de nuevo el sol de la abundancia y el trabajo honesto. El Gobierno tiene la palabra.