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El Ministerio Público analiza las evidencias encontradas junto a los cadáveres de Leonarda Alberta Almada Velilla (74) y su hija Estelvina Alberta Almada (38). Ambas fallecieron hace aproximadamente tres meses, pero sus cuerpos fueron hallados recién el fin de semana, en el interior de una vivienda ubicada en la ciudad de Capiatá. Inicialmente sospechan que se trataría de un asesinato y posterior suicidio.
CAPIATÁ.- Dos hojas escritas a mano y con lápiz de papel, fueron encontradas dentro de la casa. El contenido no fue revelado por los intervinientes, pero sospechan que tendrían relación con la muerte de las dos mujeres. Según datos, Estelvina Alberta padecía de un problema mental, situación que habría desembocado en el macabro suceso.
Lo llamativo del caso, es que lo vecinos no se percataron de la situación, pese a que la casa tenía aspecto de abandonada desde hace bastante tiempo. Los cuerpos no iban a ser encontrados todavía, si no fuese porque Tomás Almada Velilla (hermano de Leonarda Alberta), decidiera viajar hasta el domicilio en cuestión.
El hombre sostuvo que estaba preocupado, pues la última vez que conversó con su hermana fue en el Año Nuevo. En aquella ocasión, le llamó por teléfono para saludarle. Desde entonces, no volvieron a comunicarse. Tomás explicó que su hermana mantenía problemas constantes con su hija, quien se mostraba muy agresiva por su permanente cambio de conducta.
Agregó, que en reiteradas ocasiones intentó aconsejar a Leonarda, pero ella no quería escuchar de razones tratándose de su única hija. Ambas vivían en el barrio San Vicente. El cuerpo de la anciana estaba tendido en la cama, lo que indica que fue atacada mientras descansaba en su humilde dormitorio.
El cadáver de su hija estaba en el suelo, apenas unos metros de ella. A esto se suman las dos armas de fuego encontradas en el lugar. Las fallecidas estaban en proceso de desintegración teniendo en cuenta el tiempo transcurrido.
De la escena del crimen los policías incautaron un revólver calibre 32 marca Italo, con seis cartuchos en su interior todos percutidos, y otra arma 38, cuyo demás datos no se pudieron precisar porque quedó bajo el cuerpo de una de las víctimas. La forense Dra. Mercedes Montiel, no pudo determinar la causa exacta de la muerte por el estado de putrefacción de los cuerpos. El caso es investigado por el fiscal Rafael Ojeda.
