ADN Digital
No todo el mundo entra en crisis cuando aumenta el precio del barril del petróleo como ocurre en nuestro país, en donde el más mínimo movimiento depende del combustible.
Somos un país con dos hidroeléctricas, con agua abundante y torrentosa; para cualquier observador externo, éramos los más aptos para apostar a la electricidad y dejar de depender del petróleo.
Sin embargo, históricamente hemos sido manejados por personas ineptas y viciadas de corrupción, por lo que depender de la electricidad sigue siendo como una película de ciencia ficción. Es imposible que podamos pensar siquiera en dejar de estar movidos por combustible de petróleo porque quienes han manejado este país nos han robado la posibilidad de pensar en otras alternativas.
En realidad, solo pensarlo ya parece demasiado. Cómo vamos a alcanzar la posibilidad de que todo sea movido a electricidad si ni siquiera podemos tener la suficiente energía eléctrica sin cortes a cada rato, a costa de nuestro bienestar y hasta los aparatos del hogar.
Así que mientras no consigamos que patriotas manejen los destinos del país, seguiremos como estamos, expuestos a los vaivenes internacionales del petróleo y con el Jesús en la boca ante aumentos casi semanales del precio del combustible. Para que eso cambie habría que creer en milagros, y estos no abundan últimamente.