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Esta semana será decisiva para la elección de los nuevos miembros del Tribunal Superior de Justicia Electoral. Aunque el efrainismo y algunos de sus satélites siguen empeñados en que el Senado rechace las ternas enviadas por el Consejo de la Magistratura, hasta sectores de la oposición reconocen que esta no es una prerrogativa y que no hubo nada turbio en la conformación de las mismas, a pesar de los pataleos del senador Santacruz, absolutamente funcional a los intereses de Desirée Masi.
La verdad es que el proceso fue legal, los trámites transparentes y la elección de los 6 ternados la más lógica posible, ya que justamente fueron los candidatos mejor puntuados, algo que no suele ocurrir con frecuencia, a fuer de sinceros. En fin, las cartas están echadas y el máximo argumento utilizado para denostar contra las ternas es que en una de ellas dos candidatos favoritos se auto eliminan, pero eso es cuestión de gustos y ninguna decisión dejará nunca satisfechos a todos.
Alberto Ramírez Zambonini y María Elena Wapenka, los dos miembros que dejan el TSJE por alcanzar la edad de la jubilación, tuvieron miles de críticas y denuncias por su actuación presuntamente deshonesta en varias oportunidades. Lo único en lo que jamás su labor estuvo en duda fue en el juzgamiento de las elecciones, porque la Justicia Electoral Paraguaya, desde sus inicios, cumplió con el proceso electoral con la más absoluta transparencia.
Si quienes resultan electos esta semana pueden garantizar que esa buena fama continuará, no tendrá importancia el sector político del cual procedan. Y eso es lo único que deberá tener en cuenta el Senado.